Hoy abogo por la lactancia materna exclusiva. Todos sabemos que es buena, pero si hay una razón por la que aún estamos aquí es porque desde el comienzo de la existencia humana nos alimentamos con leche materna. Aunque es muy afortunado que existan las fórmulas para las madres que no pueden lactar, estas no son la mejor opción. Según la Organización Mundial para la Salud, la lactancia materna exclusiva previene las dos causas más frecuentes de muerte infantil: la neumonía y las infecciones digestivas. Amamantar, además, hace a las madres más resistentes contra el cáncer de ovarios y de seno. Todo esto, sin hablar de los beneficios emocionales y el vínculo que desarrollan bebé y mamá.

El aprendizaje más grande que intento transmitir a todas las mujeres (y también a los hombres) es que cada mamá, con cada lactancia, con cada bebé, es un mundo diferente. Por eso, no me dedico solamente a enseñar una lista de técnicas a las madres. Estudio el entorno de las mamás y me esfuerzo por entender todo lo que significa el ambiente en el cual están criando a su bebé. La lactancia va mucho más allá de dar leche a un bebé.